La spin off de la UGR busca seis millones de euros para lanzar un novedoso medicamento que trata la sepsis, primera causa de muerte hospitalaria.
La compañía biotecnológica ha iniciado el proceso para salir a cotizar en el BME Scaleup, un mercado de valores dirigido principalmente a empresas en una fase de desarrollo temprano y autorizado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Su hoja de ruta pasa culminar una ronda previa de financiación en el mes de junio y salir a cotizar en noviembre de este año.
«Nuestro fármaco de melatonina intravenosa tiene el potencial de tratar la sepsis, y estamos emocionados por llevarlo al mercado porque a día de hoy no hay ningún fármaco contra esta grave afección, solo hay protocolos», explica el CEO de Pharmamel, Ramón García Vizcaíno. Para financiar este importante ensayo clínico, estamos abriendo una nueva ronda de ampliación de capital Pre-IPO en Capital Cell, plataforma regulada por la CMNV, antes de salir a cotizar al BME Scaleup, a una cotización de salida prevista y estimada de 45.000.000 euros», explica el CEO de Pharmamel, Ramón García Vizcaíno.
La intención es conseguir seis millones de euros de los cuales ya tienen atados tres, según el CEO, «Tenemos ya diversas negociaciones con fondos de inversión profesionales que van a acudir a la ampliación, pero además estamos dando la oportunidad a cualquier persona de invertir en Pharmamel desde mil euros, estamos democratizando la inversión», esgrime. Pharmamel nació en 2004 como spin-off de la UGR pero detrás hay treinta años de investigación y trabajo liderado por los catedráticos del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada Germaine Escames y Dario Acuña.
Desde principios de los años Noventa, los dos científicos vienen realizando un crucial trabajo de investigación en el campo de la melatonina, envejecimiento celular y su aplicación en la piel y son considerados eminencias mundiales en la materia. Tras demostrar le efectividad, eficacia y seguridad del nuevo fármaco en dos ensayos clínicos de fase dos, que han logrado reducir la mortalidad y la estancia hospitalaria de los pacientes, la empresa aborda el reto de completar un ensayo clínico en fase tres, la última necesaria para la autorización definitiva del fármaco. «Tenemos una tecnología muy valiosa y está probada. En treinta meses el fármaco podría estar en el mercado», avanza el CEO de la compañía, que ha logrado una valoración de 130 millones de euros.
La tecnología del fármaco está licenciada a Pharmamel pero son la Universidad de Granada y el Servicio Andaluz de Salud, donde se han llevado a cabo las investigaciones y estudios clínicos, quienes tienen la patente, por lo que la inversión cuando el fármaco vea la luz –y los investigadores no tienen duda de que la verá– revertirá en el sistema público en forma de royalties.